Nombre: República de Cuba
Capital: La Habana
Idioma: Español
Población (2005): 11.2 millones de habitantes. La Habana: 2.2 millones de habitantes
Composición étnica: blancos 65%, mestizos 24.9%, negros 10.1%
Área: 109 886 km2
Longitud: 1 200 km
Moneda: Peso Cubano (CUP) y USD con tarjeta de crédito
Clima: Subtropical. Temperatura promedio en verano: 25°C (77°F). Temperatura promedio en invierno: 22°C (72°F). Humedad relativa promedio: 81%
Bandera: En 1850 la bandera fue izada por primera vez en la ciudad de Cardenas
Himno nacional: En 1867 el patriota Perucho Figueredo compuso la música y escribió la letra
Flor nacional: La mariposa
Ave nacional: El tocororo (Priotelus temnurus)
Árbol nacional: La palma real
Cuba fué descubierta por Cristóbal Colon el 27 de octubre de 1492. La conquista y colonización condujeron a la exterminación de los aborígenes (los Indios Tainos )debido a lo cual los conquistadores españoles importaron negros esclavos de África para trabajar en la isla. La mezcla de españoles y negros africanos, principalmente, define hoy la población cubana y su cultura.
Por cuatro siglos Cuba fue el dominio español más importante de su vasto imperio americano y las ciudades de La Habana, Matanzas, Trinidad, Sancti Spiritus, Camaguey, Bayamo, Baracoa y Santiago de Cuba son muestras de este pasado colonial. España construyó en Cuba sólidas edificaciones y fortalezas para protegerse de los ataques de piratas y de los países europeos enemigos. Estas construcciones pueden aun apreciarse en la Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así como en otras ciudades de Cuba.
El 10 de octubre de 1868 el pueblo cubano se levantó en armas contre el dominio colonial español, el cual duró cuatro siglos. El gobierno de Estados Unidos intervino al final de la Guerra de Independencia y estableció una pseudo república en 1902. El primero de enero de 1959 la Revolución dirigida por Fidel Castro triunfó y realizó transformaciones esenciales en la vida de la población cubana.
Ministerio de Turismo
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Oficina de Turismo
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Embajada de Cuba
Paseo de la Habana 194, Madrid 28036, España ?Tel: 91 359 25 00. Fax: 91 359 61 45.?E-mail: secreembajada@ecubamad.com Página web: http://emba.cubaminrex.cu/espana Consulados Generales en: Madrid (tel: 91 401 0579; fax: 91 402 1948), Barcelona (tel: 90 299 506; fax: 93 487 8661), Sevilla (tel: 954 417 706; fax: 954 278 004), Santiago de Compostela (tel: 981 576 168; fax: 981 576 168) y Las Palmas de Gran Canaria (tel: 928 244642; fax: 928 244643).
Embajada de España
Cárcel, 51 (esquina a Zulueta), 10100 La Habana, Cuba ?Tel: (7) 338 025/ 26/ 31. Fax: (7) 338 006. E-mail: embespcu@correo.mae.es
Las personas de origen cubano que tengan nacionalidad de otros países y salieron de Cuba después de 1970, deben viajar con un pasaporte cubano.
En Cuba la moneda oficial es el Peso Cubano o Cup para abreviar. Tiene un tipo de cambio en el banco con el Dólar de 120 pesos cubanos = 1 usd (dólar americano).
Luego está un tipo de cambio no oficial mucho más alto que se puede ver en los sitios web y que es variable pero ciertamente más conveniente. Este tipo de cambio sólo es posible con efectivo en euros o dólares, que también se aceptan en restaurantes o tiendas privadas.
Al acudir a los cajeros automáticos como en un banco, recibirás pesos cubanos, pero al tipo de cambio oficial de 120 por dólar y un poco más por el euro.
Por ello recomendamos traer dinero en efectivo en euros o dólares. Las tarjetas de crédito aceptadas en Cuba, tanto para el pago de bienes y servicios adquiridos en comercios u hoteles estatales, como para retirar dinero en cajeros automáticos, son las tarjetas internacionales MasterCard y Visa. No se aceptan tarjetas de crédito emitidas por entidades de crédito americanas (Amex, Diners, etc.)
La religión predominante es el Cristianismo Católico romano, pero también se toleran diferentes denominaciones protestantes tales como los evangélicos, adventistas,testigos de Jehov´s, metodistas, presbiterianos, etc. Paralelamente la santería, o regla de ocha, se ha establecido como religión reconocida.
La Iglesia Catolica llegó a Cuba con los primeros conquistadores y fue la de mayor expansión. La mayoría de los cubanos han sido bautizados, aunque la participación activa es mucho menor. Numerosos son los templos católicos a lo largo del país, en la Capital: la Catedral de La Habana, la Iglesia del Sagrado Corazón (jesuita), la Iglesia del Carmen (Carmelitas), la Iglesia del Espíritu Santo, la de la Virgen de Regla, la de San Lázaro en el Rincón, la Iglesia de la Caridad del Cobre en La Habana y el Santuario-Basílica de la Virgen de la Caridad del Cobre en la provincia de Santiago de Cuba, por solo mencionar unas pocas. La Iglesia de Remedios es una joya del arte barroco, con un retablo enchapado en oro.
Tras el nombramiento de un cardenal (Jaime Ortega) y la visita del Papa Juan Pablo II, se ha producido una apertura de los medios de comunicación, se declaró feriado el 25 de diciembre y se han autorizado procesiones durante la Semana Santa y la fiesta de la Virgen de la Caridad del Cobre el 8 de septiembre.
A consecuencia de la trata esclavista prolongada por varios siglos, durante la etapa colonial se introdujeron en Cuba diversas manifestaciones religiosas, de acuerdo con los diferentes pueblos que llegaron desde Africa con el trasiego de hombres. Desde entonces, lo hispano y lo africano constituyen los dos troncos etnoculturales principales de la nacionalidad cubana, en la que también coinciden otras culturas (caribeña, estadounidense, china y del resto de Europa), con un complejo proceso de transculturación y mestizaje, que ha traído como consecuencia una composición sui géneris. Derivada de la cultura yoruba se generó la llamada Regla de Ocha, popularmente conocida como santería, que tiene como centro de culto a un panteón de deidades (orishas), cada uno de ellos investido con diferentes mitos, atributos y poderes. Entre los más importantes están: Olofin, Olorun y Oloddumare, como poderes supremos y Changó, Yemayá, Obatalá, Ochún y Elegguá (entre otros), más cercanos a los creyentes.
Todos los ciudadanos cubanos residentes en el país tienen derecho a recibir asistencia en todas las instituciones de salud, la cual es gratuita. El Estado garantiza el derecho a recibir atención médica de la siguiente forma: con la prestación de la asistencia médica y hospitalaria gratuita, mediante la red de instalaciones de servicio medico rural, de los policlínicos, hospitales, centros profilácticos y de tratamiento especializado; con la prestación de asistencia estomatológica gratuita; con el desarrollo de los planes de divulgación sanitaria y de educación para la salud, exámenes médicos periódicos, vacunación general y otras medidas preventivas de las enfermedades. En estos planes y actividades coopera toda la población a través de las organizaciones de masas y sociales.
El Estado cubano concede a la mujer trabajadora licencia retribuida por maternidad, antes y después del parto, y opciones laborales temporales compatibles con su función materna.
Todo cubano tiene acceso a médicos, enfermeros, especialistas y medicinas. En la actualidad, existen 22 Facultades de Ciencias Médicas, distribuidas por todas las provincias del país. Existen facultades que reciben sólo a estudiantes extranjeros como la Escuela Latinoamericana de Medicina en La Habana (ELAM) y muchas otras en todo el país que en la actualidad implementan un nuevo modelo de educación bajo los convenios con Venezuela en el marco del ALBA, dando oportunidad a estudiantes de bajos recursos provenientes de Venezuela, Bolivia, Honduras y Ecuador alojados en residencias estudiantiles.
La Salud Pública de la isla ha ganado el reconocimiento de los organismos mundiales y regionales especializados. Cuba brinda ayuda médica a otros países como Bolivia, Honduras, Venezuela, Haiti y muchos otros.
Cuba posee una de las más bajas tasas de mortalidad infantil del mundo, con un índice de 5,3 por cada mil nacidos vivos durante el año 2007.
Un excelente sistema de salud, con instituciones diseñadas para cada tratamiento específico, coloca al turismo de salud en Cuba en condiciones de responder a los clientes más exigentes en cuanto a restablecimiento físico y mental se refiere.
La eficacia de la estrategia cubana de salud se refleja en indicadores de salud a nivel del mundo desarrollado, con una esperanza de vida que supera los 73 años y tasas de mortalidad infantil entre las más bajas del orbe, además de la disminución de la mortalidad materna.
El sistema de atención primaria en la isla está generalizado, con el respaldo que otorgan las técnicas más avanzadas en la materia, aplicadas por personal calificado en una extensa red de instituciones hospitalarias de alto nivel.
Propuestas únicas para enfrentar enfermedades como la retinosis pigmentaria, Psorias, Alopecia, Enlongación osea, Tratamiento de las adicciones y un completo esquema de vacunación con productos desarrollados por centros cubanos de investigación están también a disposición de las opciones de salud.
Programas de primera línea y procedimientos únicos llevan a los visitantes a instalaciones donde se tratan diversas patologías oftalmológicas, o bien con técnicas dedicadas a padecimientos dermatológicos y en la cura de ese extendido mal conocido como vitíligo.
Adictos a las drogas y al alcoholismo, muchos de ellos dados por perdidos en sus países de origen, encuentran en Cuba la solución a sus males, apoyados por un entorno natural agradable y tranquilo que contribuye a la curación.
Tratamientos para regular el peso corporal, combatir el estrés, el envejecimiento y la realización de habituales chequeos médicos forman parte de la amplia gama de servicios que reciben los interesados.
Las condiciones naturales de la mayor de Las Antillas también contribuyen al avance de la citada modalidad, pues muchas de las riquezas del entorno sirven de complemento a los más variados tratamientos.
En el mundo moderno, donde la vida transcurre de una manera cada vez más rápida e intensa, una pausa para acercarse a lo natural y espiritual es siempre bien recibida por el hombre, el cual encuentra en ello las condiciones necesarias para restablecer el equilibrio y enfrentar nuevos desafíos.
Junto a los amantes del sol, las blancas arenas y cálidas aguas cada año miles de visitantes acuden en busca de salud, interesados en programas que les retornen a un estado físico ideal.
LA MÚSICA es, sin duda alguna, la que más ha influido en la personalidad del cubano. Se dice que en la isla se habla cantando, se baila al caminar y se enamora con la letra de una canción. Es la música la que ha desarrollado el proceso evolutivo con más rapidez y fortaleza. La Habanera, género musical nacido de la danza criolla y la contradanza, influyó en el surgimiento del tango argentino y otros aires sudamericanos. Investigaciones recientes afirman que en las contradanzas de Manuel Saumell (llamado El nacionalista) se encontraba ya el tiempo de habaneras; en La Tedesco, por ejemplo, la primera parte es prácticamente la forma que tendría después el danzón; incluso la canción y la guajira quedaron esbozadas en muchas de sus composiciones. El Son y el Bolero llegaron a La Habana desde las provincias orientales, específicamente de Santiago de Cuba. El bolero apareció a principios de este siglo con los grandes compositores Alberto Villalón y Sindo Garay, con gran influencia de Pepe Sánchez (que escribió el primero Tristezas en 1883). Aunque las principales canciones de la vieja trova eran boleros, se destacaron como compositores Orlando de la Rosa e Isolina Carrillo, quien dejara uno de los legados más sublimes de todos los tiempos con el bolero Dos gardenias. Desde la segunda mitad del siglo XIX se tienen noticias de la existencia del son montuno. En 1950 Enrique Jorrín da a conocer La engañadora, primer cha cha cha. Pérez Prado realiza en 1952 su primer mambo. El segundo esplendor del son ocurre en la década del 50 con la aparición de un hombre autodidacta procedente de Cienfuegos, Benny Moré, quien años más tarde se ganaría el título de El bárbaro del ritmo. En 1970 surge la orquesta de música popular bailable Van Van, con una sonoridad muy típica y moderna. La salsa cubana, muy conocida hoy en día en casi todos los países del mundo, tiene su crecimiento y esplendor a finales de los 80 y principios de los 90 con la madurez de orquestas como Van Van, NG La Banda, y el surgimiento de orquestas jóvenes.
LA PINTURA es la más genuina de las expresiones plásticas del país. Su evolución no pudo seguir un proceso de desarrollo coherente porque sus primeras expresiones, realizadas por los aborígenes en las cavernas, quedaron interrumpidas con la desaparición de estas poblaciones. Con la conquista y evangelización predominó una pintura de corte religioso asociada a la liturgia católica. No será hasta el siglo XIX, con la fundación de la Academia de San Alejandro (1818), que se comienza a gestar en el país una pintura hecha por criollos, orientada a satisfacer el gusto europeo de la burguesía cubana. La Academia fue creada por la Asociación Económica de Amigos del País, y su primer director fue el pintor de origen francés Jean Bautiste Vermay. Hacia la década del 80 se produce una nueva tendencia de orientación en la pintura cubana, que tuvo como tema principal el paisaje. Las figuras más importantes son Esteban Chartrand y Valentín Sanz Carta. Una pintura de corte costumbrista tendrá sus más interesantes expresiones en la obra del vasco Victor Patricio de Landaluze. Pero el academicismo seguía reinando en el ambiente plástico. La reacción vanguardista de los años 20 (siglo XX), inauguró un nuevo momento en la pintura cubana. El movimiento moderno tuvo su primera y más importante exposición en 1927, auspiciada por la Revista de Avance. Iniciadores de la vanguardia cubana fueron Eduardo Abela, Víctor Manuel, Antonio Gattorno y Carlos Enríquez, entre otros. Los años que siguieron fueron de consolidación del movimiento moderno, lo que se manifestó en la celebración del Primer Salón de Arte Moderno en 1937. Artistas jóvenes entonces indicaban ya un nuevo momento en al arte cubano que se concretaría con la llamada Escuela de La Habana en la década del 40. Figuras como René Portocarrero, Amelia Pélaez y Mariano Rodríguez forman parte de este movimiento. En 1942 regresa a Cuba Wifredo Lam, después de una larga estancia en Europa y una experiencia de taller con Pablo Picasso. En 1943 Lam realiza la obra que lo ha inmortalizado "La jungla", que fue adquirida por el MOMA de Nueva York. Con el triunfo de la revolución, el movimiento plástico se fortalece a partir de la creación en 1962 de la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Figuras muy importantes como Raúl Martínez y Antonia Eiriz, integraron el claustro de profesores. Unos años más tarde, en 1976, se funda la Facultad de Artes Plásticas del Instituto Superior de Arte.
Obras de artistas como Roberto Fabelo, Zaida del Río, Tomás Sánchez, Manuel Mendive y Nelsón Domínguez, conforman el patrimonio más importante de las últimas décadas. Hay que añadir nombres de artistas jóvenes como José Bedia, Kcho y Flavio Garciandía que han ocupado un lugar privilegiado al frente de los nuevos caminos de la plástica. La pintura cubana durante los últimos 30 años ha mostrado gran capacidad para asumir las influencias más importantes del arte internacional con sentido propio y creativo, asumiendo al mismo tiempo, una postura crítica en sus temas, para continuar definiendo así los rasgos de la identidad cubana.
LA LITERATURA. Puede decirse que Cuba es una isla que no ha cesado de concebir poetas. La primera obra versificada, Espejo de paciencia, data del año 1608 y se escribió en la villa de Puerto Príncipe por el canario Silvestre de Balboa. En la primera mitad del siglo XVIII, hacia 1733, apareció la primera obra teatral de autor cubano que se tiene noticia: El princípe Jardinero y Fingido Cloridano, del capitán habanero Don Santiago de Pita. En 1790 con la aparición del Papel Periódico de La Habana, la burguesía criolla logra un espacio importante. Manuel de Zequeiro (1760-1846) y Manuel Justo Ruvalcaba (1769-1805), se consideran los poetas más representativos de este siglo XVIII. En ambos poetas el sentido de lo cubano va emergiendo lentamente con el amor y deleite por las riquezas del suelo, dedicando sus versos a exaltar la piña, el mamey y otras frutas tropicales. Es en siglo XIX cuando nacen los grandes poetas y comienza a consolidarse así la tradición en la poesía cubana. Versos tan hondos y hermosos como los de Julián del Casal, Plácido, El Cucalambé, Juan Clemente Zenea, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Juana Borrero, José Jacinto Milanés, Luisa Pérez de Zambrana, José María Heredia y José Martí, dejan la huella de una lírica exquisita que, aunque romántica, supo en algunos casos, sobrepasar los límites del sentimiento para ofrecer versos de absoluto comprometimiento. En el siglo XIX se escribe la primera gran novela, Cecilia Valdés, por Cirilo Villaverde, que constituye uno de los legados más vitales. Otros novelistas importantes que aparecen son Ramón Meza y Gertrudis Gómez de Avellaneda. La poesía del siglo XX, inquietante por su diversidad de estilos como el siglo mismo, se crece con los nombres de José Zacarías Tallet, Regino Pedroso, Emilio Ballagas, Regino Botti, Nicolás Guillén, Carilda Oliver, Heberto Padilla, Virgilio Piñera, José Lezama Lima, Roberto Fernández Retamar, Gastón Baquero, Nancy Morejón, Antón Arrufat, Eliseo Diego (premio Juan Rulfo al conjunto de su obra), Cintio Vitier, Fina García Marrúz, Mirta Aguirre, Pablo Armando Férnandez, Guillermo Rodríguez Rivera, Angel Augier, y Dulce María Loynaz (premio Cervantes de la Academia). La novela tuvo un desarrollo acelerado durante el siglo XX con escritores que empiezan rápidamente a obtener importantes reconocimientos internacionales. Así, la biblioteca de novela en este siglo aumenta su colección con las obras de Miguel de Carrión, José Soler Puig, Dulce María Loynaz, Severo Sarduy, Miguel Barnet, Leonardo Padura, Senel Paz, Pablo Armando Férnandez, Luis Rogelio Nogueras, Guillermo Cabrera Infante, Virgilio Piñera, Reinaldo Arenas, Jesús Díaz, José Lezama Lima, Abilio Estévez, y Alejo Carpentier (premio Cervantes de la Academia). En la actualidad la narrativa es uno de los géneros que con más seguridad se ha desarrollado en los jóvenes escritores, nombres como Alberto Garrido y Ronaldo Menéndez (ambos premio Casa de las Américas), dan fe de la elocuente vitalidad en la literatura cubana.
ARTESANIA CUBANA. En los momentos en que el gran almirante genovés Cristóbal Colón avisora "la tierra más hermosa que ojos humanos hayan visto", la población de Cuba estaba conformada por comunidades indígenas preagroalfareras y agroalfareras. Las primeras desarrollaron una cultura lítica: usando la concha y el caracol crearon varios elementos como cuchillos, vasijas, gubias, collares, incluso la vestimenta se conformó con piezas trabajadas en estos materiales, tanto las prendas de uso práctico como ceremonial. Los agroalfareros trabajaron además la cerámica que, por la gran cantidad de fragmentos y piezas encontradas, puede ser considerado como un oficio significativo en la vida económica y cultural de estos grupos. También fueron trabajados por ellos la madera y la cestería. La madera se empleo tanto en la construcción de bohíos y caneyes, como en las canoas que usaban en la navegación. La alta capacidad para la talla de la madera se evidencia en los cemíes, los dujos y los tambores llamados atabales o mayohuacán. Mientras que la artesanía tradicional de la mayoría de los países centro y sudamericanos conserva la huella de los primeros habitantes, en el caso de Cuba resulta difícil establecer los posibles nexos entre las piezas que conforman la tradición artesanal vigente y la manufactura indígena. Este legado histórico se conoce por las crónicas dejadas en las etapas de la conquista, y el trabajo de arqueólogos y antropólogos.
La cultura africana aportó un sin número de elementos a la artesanía popular. Los trabajos con semillas y en cerámica se consideran los más importantes. Esta fue una artesanía que para conservar sus elementos originales de culto o de utilidad práctica, tuvo que encontrar en el medio tropical y nuevo, una adaptabilidad a los nuevos materiales y texturas que aseguraran la permanencia y continuidad de sus tradiciones.
Hoy en día, la mayor parte de los creadores que asumen la artesanía (bien como una forma de expresión artística, otros con el fin de vender souvenir a los turistas), son estudiantes y egresados de las escuelas de arte, o personas con ciertos conocimientos de diseño o dibujo. La actividad artesanal contemporánea ha desarrollado diversas piezas de uso práctico, en relación ya con una industria que la provee de materias primas. Aunque sigue teniendo en algunos casos específicos un fin estético y decorativo, son contados los verdaderos artistas en esta esfera. Julio César Garrido y Carlos Espinosa, se han destacado con el trabajo en cuero y cedro específicamente para el tabaco. Sus trabajos fueron sometidos a subasta durante el Congreso Habanos en los umbrales del 2000. Digna mención para el artista y ceramista Alfredo Sosabravo quien recibiera en 1998 el Premio Nacional de Artes Plásticas al conjunto de su obra, en la cual la cerámica ocupa un lugar privilegiado.
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